La inspiración transversal

A veces, observando la naturaleza, aprendes las cosas más variadas. Yo, observando estas flores de aquí debajo, he aprendido que la Vida no se lo piensa tanto. No piensa si está bien o no, si gustará o no, si es adecuado o no. Para ella no existen tales conceptos. Tan sólo actua en base a lo que es, a su naturaleza propia, y ya.

Por otro lado, desde que empezó en confinamiento he estado haciéndome la pregunta: «¿Qué he venido a hacer, yo, al mundo? ¿Qué es lo que puedo aportar?»

Si junto una cosa con la otra, lo que me pregunto es cuál es mi verdad, qué puedo aportar desde quien yo soy, cuál es mi naturaleza.

He llegado a tres conclusiones muy interesantes…

La inspiración transversal

1 En mis clases no sólo me gusta enseñar a coser bien. También hay una parte muy mágica, que las alumnas de la clase presencial de los miércoles (os quiero, chicas ❤️) valoran mucho y que es esto otro que ofrezco «entre líneas» y que ayuda a mis alumnas a tener más paz, a valorarse y felicitarse, a ser menos críticas con ellas mismas, a tener más confianza en el proceso de aprendizaje, a mirarse más adentro y a quererse más.

Y todo esto, no se lo estoy explicando a nadie. Las alumnas se lo encuentran cuando llegan a clase, así, por sorpresa, como una sorpresa agradable. Y esto no puede ser. A partir de YA voy a empezar a explicar, alto y claro, qué hay en mis clases de costura, por qué son terapéuticas y porqué querrás (o no) apuntarte.

Porque lo que a mi e gusta y me motiva de enseñar a coser es el hecho de enseñar a otra persona, ayudarla en su crecimiento y eso incluye llegar a ser una buena cosedora (amateur o profesional), pero también su crecimiento personal. Esto sí que me motiva, y me encanta y me pone como una moto.

Lo que decía de la verdad en el párrafo anterior. Pues eso, la verdad de mis clases es esta y ya está bien de esconderla.

La inspiración transversal

2. Siento la necesidad de esparcir a mi alrededor una nueva mirada sobre la moda y la ropa. Sobre la forma como consumimos ropa y nos relacionamos con ella. Dar a conocer cómo funciona la industria de la moda y porqué necesitamos cambiar hacia una moda más sostenible. Vestirnos con más amor hacia el planeta y hacia las personas que viven en él. Y al mismo tiempo, descubrir que hacerlo también es un acto de amor hacia nosotros mismos.

Porque el mundo (y el mundo somos todos) necesita un cambio (¿estás de acuerdo?) y el cambio empieza por ti mismo. Y quizá da un poco de pereza (sí, ya lo sé, cambiar de hábitos da mucho palo), pero, además de necesario, será un cambio binito y agradecido, ya lo verás. Te lo digo por experiencia propia.

Y cómo lo haré? La pregunta del millón! 😄⠀

Pues tan fácil como irte hablando por redes sociales, explicándote cosas. También puedo hacer publicaciones más largas aquí en el blog (¿te has suscrito a mi newsletter? !te la recomiendo mucho!). O incluso (con el tiempo y unas cañas) puedo ofrecer charlas y conferencias.

Pero hacerlo. Lo tengo dentro, me hierve. Quizá gustará o no, ya lo descubriré. Pero, tal y como las flores a través del banco, esto es lo que me sale de natural.

La inspiración transversal

3. Y para terminar, aquello que supone menos salida del armario de las tres conclusiones a las que he llegado, pero no por ello menos importante. Quizá aquello que tiendo a olvidar, porque a menudo queda sepultado bajo mil otras actividades, pero que supone la esencia de lo que es Maria Aguyé: el diseño, la belleza.

Y es que, ahora mmismo, con las bodas, los festivales, las fiestas y toda clase de eventos sociales parados, me da un miedo importante ofrecer nuevos diseños.

Pero al mismo tiempo, pienso que necesitamos belleza más que nunca y necesitamos recordar que estamos vivos y ue hemos venido al mundo también a celebrar cosas. Todo aquello que pertenece al ámbito del alma, como el arte, la poesía, la música, la belleza, es necesario más que nunca. Y resulta que a mi se me da más o menos bien hacer ropa bonita.

Por tanto, vamos. De hecho, tengo algunos diseños planificados, otros a medio hacer, y hay alguno que ya está incluso terminado. Me lanzo a la piscina y, si ahora no haay agua, pues ya la llenarás más adelante (aunque espero muy muy fuerte que haya agua aunque sea para mojarme los pies!).

Venga, vamos, y a bailar. ¿Bailas conmigo?